martes, 8 de julio de 2014

Albóndigas de berenjena



Permitidme que pase momentaneamente la página de los dulces, por mucho que yo misma la lleve por bandera. Hace algunos días una chica dominicana me habló de esta receta muy típica en su casa y en su país de origen. No me dio todos los detalles pero yo soy una mujer curiosa y he investigado. He encontrado on line infinidad de versiones y al final he creado la mía, principalmente simplificando. Mientras las hacía, he probado varias variaciones; algunas os las narraré en la nota final ¡Creo que os gustará tanto como a mi!

Ingredientes:

Berenjenas grande: 2
Pan rallado: 120 gramos (+ rebozado opcional)
Cebolla muy picada: 1 cucharada
Perejil picado: 1 cucharada
Huevo: 1 (opcional)
Sal y pimienta
Aceite para freír
Sal gorda para terminar

Preparación:

Asar con antelación las berenjenas, hace falta que estén frías antes de continuar elaborando las albóndigas. Pelarlas, picarlas con el cuchillo y escurrirlas un poco, pero sin agobiarse ya que el pan rallado absorberá la humedad.
Unir los demás ingredientes y mezclar perfectamente y dejar reposar 10 minutos antes de hacer bolitas del tamaño que prefiráis. Las mías son de unos 3 ó 4 centímetros de diámetro. Es el momento de freírlas, pero antes yo prefiero darles unas vueltas en pan rayado para que se cree una corteza más crujiente agradable al paladar y a la vista, que hace que la albóndiga preserve su forma y no absorba demasiado aceite. Así pues, freír en aceite de oliva bien caliente.
Escurrir sobre papel absorbente y servir, sazonando con sal gorda ya que la sal fina podría hacer que la corteza se humedezca y pierda su consistencia crujiente.




Rizando el rizo:

Estas albóndigas ya están para comérselas, pero si queréis rizar el rizo y preparar algo más complicado podéis preparar un pisto o una simple salsa de tomate no demasiado espesa e ir metiendo ordenadamente en ella las albóndigas conforme se van sacando del aceite de freír. Otros 5 minutos de cocción junto a la salsa, evitando remover para que no se deshagan, aseguran la unión perfecta de los sabores.
El plato obtenido ya es perfecto por si solo, con un buen trozo de pan ¡pero podemos exagerar aún mas! En la foto anterior os muestro unas caracolas gigantes, un formato de pasta perfecto para rellenar. He  cocido la pasta escurriéndola con 2 minutos de adelanto, las he enfriado bajo el agua lo justo para no quemarme los dedos. He puesto un poco de salsa en el fondo de una fuente para horno y una albóndiga dentro de cada caracola. He terminado con un buen puñado de parmesano rayado y un chorrito de aceite, sal y pimienta, y lo he metido en el horno a 200°C durante 10 minutos más otros 5 con grill. Una maravilla...

Notas:

Si habéis decidido "rizar el rizo" no os aconsejo que las friáis sin pan rallado. Quedarían demasiado blandas y se desmoronarían al primer hervor.
El huevo es absolutamente opcional, se puede eliminar sustituyendo una parte de pan rayado con harina o fécula. Sería una óptima solución "vegan". No obstante, a mi el huevo me gusta y me gusta la consistencia que da a las albóndigas.
Para qué engañarnos, cuando las mordáis, sobre todo sin salsa y con costra de pan rayado, os recordarán a las roquetas caseras. Nada nos impide que las hagamos alargadas y las llamemos croquetas, lo que prefiráis. 
¡Buen provecho!

Diana Manzanares Ruiz